Idolatría el domingo por la mañana – Parte 6

Escrito por: Bob Kauflin

Director de Gracia Soberana Música

Hoy quiero enfocarme en el ídolo de los RESULTADOS. Me refiero a la mentalidad que ve la adoración a Dios como un medio para alcanzar un fin más deseable, como mayor asistencia, evangelismo, ministerio mutuo o experiencias personales. Esta “adoración a los resultados” podría estar detrás de comentarios como estos: “Evitamos ciertos temas bíblicos porque a la gente simplemente no le gusta escucharlos”. “Reuniones más animadas hacen que los visitantes regresen”. “No parecía que Dios estuviera con nosotros esta mañana porque lo único que hicimos fue cantar, compartir la Cena del Señor y escuchar la predicación de Su Palabra”. “Nos ponemos como meta que todos reciban una ‘unción de Dios’ el domingo por la mañana”.

Por supuesto, es correcto querer que la iglesia crezca, desear ver a personas salvadas, proveer oportunidades para la edificación mutua, y esperar que la gente experimente al Dios viviente de formas evidentes cuando nos reunimos. Sin embargo, queremos hacer todas esas cosas para que cada vez más personas puedan ver la grandeza y gloria supremas de Jesucristo.

En última instancia, es una falsa dicotomía preguntar si las reuniones son para Dios o para nosotros. Son para Dios en su propósito final, y para nosotros en su efecto. Pero cuando hablamos de propósitos últimos, no hay duda alguna. Todo lo que hacemos, lo hacemos para que la gloria de Dios sea vista, magnificada y atesorada. Entonces, ya sea que coman o beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31)
Y todo lo que hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre. (Colosenses 3:17). Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén. (Romanos 11:36)

John Piper lo expresó de forma concisa: “Las misiones existen porque la adoración no.” (Let the Nations Be Glad, pág. 11). Eso se aplica igualmente a todo lo demás que hacemos. El ministerio personal existe porque las personas no honran a Dios por Su poder y compasión. La iglesia necesita crecer para que más personas honren y amen a Dios por Su misericordia, gracia y verdad. Queremos que las personas experimenten la presencia activa del Espíritu de Dios para que lo valoren por encima de toda experiencia, emoción o sensación. Queremos que cada cristiano sepa que el amor constante de Dios, expresado en la muerte sustitutiva de nuestro Salvador, es mejor que la vida misma.

La gloria de Dios es el fin de nuestra adoración, y no simplemente un medio para otra cosa. En medio de una cultura que glorifica nuestros logros miserables de innumerables formas, nos reunimos cada semana para proclamar las obras maravillosas de Dios y Su gloria en su valor supremo. Él es “Santo, Santo, Santo”. No hay nadie, ni nada, como el Señor. Si eres un líder en el pueblo de Dios, recuerda que ningún bien verdadero puede surgir de fijar los ojos de tu gente en algo más grande que el mismo Salvador. El Cordero es Aquel a quien estaremos exaltando por encima de todo por toda la eternidad. Por eso, es justo que lo exaltemos por encima de todo desde ahora.

*Originalmente publicado por Bob Kauflin en worshipmatters.com